domingo, 23 de septiembre de 2012

23 de septiembre: Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños


El 23 de setiembre de 1913 fue promulgada la primera norma legal en el mundo contra la prostitución infantil.

Este delito es el segundo más rentable del mundo: mueve 32 mil millones de dólares anuales y  una cantidad tan ingente de dinero gracias a la colaboración de algunas personas que sirven a las instituciones y porque para el resto del mundo es mucho más fácil mirar hacia otro lado.

Esta forma de esclavitud que sigue vigente hoy en día, despoja a mujeres, niñas y niños del derecho a la vida, a la libertad, a la infancia, a la seguridad personal y a la libertad sexual, así como a la integridad física. La violencia machista trata a las mujeres y niñas como objetos, utilizando reiteradamente la violencia de género. Los asesinatos de mujeres son muy frecuentes, ya sean cometidos por las mafias de traficantes de seres humanos, por los proxenetas o por los clientes, sin embargo, apenas existen sentencias condenatorias de quienes los cometen y también extrañas las ocasiones en que se denuncian los malos tratos, las torturas, las violaciones o, incluso, los mismos asesinatos mencionados.


Las mujeres y niñas traficadas, con frecuencia, son obligadas a mantener relaciones sexuales sin protección o con las mínimas condiciones higiénicas provocándoles enfermedades de transmisión sexual.  Se las presiona para consumir drogas o alcohol por lo que un gran número de ellas acaban con problemas de alcoholismo, drogadicción, numerosos trastornos psicológicos y algunas incluso llegan al suicidio.
Por supuesto, tampoco tienen derecho a la intimidad personal, a formar una familia o a tener hijxs (y en el caso de tenerlxs, son vendidxs por las mismas mafias).  También se les niega el libre transito ya que son recluidas a espacios reducidos, de los que no se pueden mover y en los que tampoco se les permite relacionarse con nadie. Además muchas de ellas son engañadas en sus países de origen y las mafias se aprovechan de la diferencia del idioma como otra forma más de aislamiento.
Las víctimas viven en un auténtico infierno en contra de su voluntad, condenadas a una vida de sumisión, fruto de la violencia y el miedo, que esta sociedad no puede ni debe permitir.
Por eso hoy creemos que es hora de abrir los ojos y concienciarnos de que es un problema real. Sin ir más lejos, sólo en Salamanca, hay más de 10 clubs donde se practica  la prostitución. ¿Y dónde reside el problema? ¿Quién es más culpable: el que lo vende o el que lo consume? Si no existieran consumidores de tal negocio no sería necesario que ninguna persona vendiese su dignidad.


¿Quién pone precio a la vida de una persona?
 ¿Desde cuándo las personas somos productos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario